Estar o no
estar en una red social puede ser una decisión personal, profesional o incluso
empresarial. Sin embargo, la facilidad que ofrecen las redes para dar este paso
y para crear perfiles hace que incluso quien no quiera formar parte de ellas se
encuentre allí sin saberlo.
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o
Facebook? Así sucede en los casos de suplantación de identidad que proliferan
en entornos como Facebook o Twitter. Especialmente esta última ha vivido casos
muy sonados en los que famosos, políticos, instituciones o empresas han sufrido
las consecuencias de las actuaciones de terceros, que crean perfiles falsos
aprovechando el anonimato tras el que se esconden en la famosa plataforma
online de microblogging.
Según explica el abogado y experto en derecho de las
nuevas tecnologías Alejandro Touriño, del despacho Ecija, registrar un perfil
ficticio sin emplear datos o la fotografía de alguien en concreto no tiene
repercusión desde el punto de vista jurídico, más allá del incumplimiento de los
términos de uso de la red social y la posible eliminación del perfil por los
administradores de la página.
El tema cambia si el perfil creado utiliza la
fotografía o los datos de alguien, en cuyo caso se estaría produciendo, de
entrada, un "ilícito civil por vulneración del derecho a la propia imagen"
reconocido expresamente en el artículo 18 de la Constitución. Además, también
podría ser un delito de "usurpación de identidad" tipificado en el artículo 401
del Código Penal, castigado con pena de prisión de seis meses a tres años, por
hacerse pasar por otro individuo sin su consentimiento o usurpar la identidad
de una persona. Responsabilidad de la red, en cuanto a la responsabilidad que de
todo ello pueda atribuirse a la red social en la que se haya producido la
suplantación, según los artículos 13 y siguientes de la Ley de Servicios de la
Sociedad de la Información, los prestadores de servicios de intermediación no
son, en principio, responsables por los contenidos ajenos que transmiten,
alojan o a los que facilitan acceso.
Tan sólo responden si toman participación
activa en estos casos o si, conociendo la ilegalidad de una determinada
actuación, no actúan con rapidez para retirarlo o impedir el acceso al
contenido. Alejandro Touriño señala que al despacho llegan muchos casos de este
tipo, principalmente relacionados con directivos de grandes empresas. No es
raro que los altos ejecutivos de las compañías sean boicoteados en las redes.
Así le sucedió, por ejemplo, a Tony Hayward, ex consejero delegado de la petrolera
BP que, en 2010, durante la crisis por el grave desastre medioambiental del
vertido que se produjo en el Golfo de México, fue víctima de un suplantador que
puso en su boca, mediante un tuit, la siguiente frase: “Las playas de arena
negra están muy de moda en algunos lugares”. Este tipo de bromas pueden salir
muy caras a las empresas. Falsos tuits puestos en boca de personas relevantes
como políticos o empresarios hacen tambalear los mercados de todo el mundo con
graves consecuencias.
No en vano, el informe sobre riesgos globales 2013
elaborado por expertos de Marsh & McLennan, la Universidad de Oxford y
Wharton, entre otras entidades, ya destacaba estos supuestos como peligros a
tener en cuenta en la economía global. Cómo actuar Una vez producido un caso de
suplantación, si lo que se pretende es la mera eliminación del perfil, la
interposición de acciones legales es poco efectiva, ya que puede tardarse años
en obtener una sentencia estimatoria y minutos en generar un nuevo perfil
infractor. Éste fue el caso, por ejemplo, de la escritora Lucía Etxebarría, que
tardó más de dos años en lograr eliminar un perfil que suplantaba su identidad
en Twitter.
Por ello, según Alejandro Touriño, lo más oportuno es acudir a las
vías de reporte de infracción que las propias redes sociales ponen a
disposición de los usuarios, ya que lo habitual es que actúen de forma
implacable ante este tipo de situaciones. Pese a ser éste el camino más rápido
y sencillo para la eliminación inmediata de un perfil, los daños causados pueden
ser objeto de indemnización si se llega a juicio. Ya ha habido diversas
sentencias al respecto, como en el caso de dos jóvenes que fueron condenadas en 2011 a pagar 12.400 euros de indemnización y 200 euros de multa cada una porabrir un perfil falso en la red Tuenti a nombre de otra chica con el único
objetivo de ridiculizarla. Las adolescentes condenadas por la Audiencia
Provincial de Segovia llegaron a subir una foto real de su víctima, indicando
sus datos personales y su centro de estudios. Este tipo de situaciones en las
que los afectados son particulares resultan recurrentes y no sólo entre
adolescentes, donde se repite con frecuencia. Hace dos años, la Agencia
Española de Protección de Datos impuso la primera multa, por importe de 2.000
euros, a una mujer por haber creado un perfil en la red social Badoo con datos
personales de otra, incluyendo su móvil.
Este hecho y el tipo de perfil –con
reclamos de tipo sexual–, hizo que recibiera múltiples llamadas de solicitud de
contacto sexual, lo que le obligó a presentar una denuncia ante la Guardia
Civil para que el perfil fuera dado de baja. Los riesgos de fraude en Internet
no frenan la presencia de las empresas.
El uso de redes sociales ya no se limita
a las relaciones interpersonales; ahora es una plataforma fundamental para las
empresas, que pueden emplearlas como medio para generar opiniones afines a sus
objetivos. Eso sí, ante el riesgo de que se convierta en un arma de doble filo,
la estrategia a seguir debe ser clara. Según Adolfo Corujo, socio y director
senior de Llorente & Cuenca, “las empresas y los directivos tienen que dar
ejemplo a la hora de identificarse en las redes sociales con perfiles claros y
no ambiguos, diferenciando los usos oficiales de los personales”.
Riesgos
propios de estos entornos como la suplantación de identidad, lejos de hacer
temer la presencia en las redes, debería producir el efecto contrario. “Cuando
los profesionales desarrollan su propia identidad digital, minimizan las
opciones de que alguien se aproveche con mala intención de su ausencia o de su
silencio”, apunta Corujo. Nuevas armas 1. La inmediatez de los entornos
digitales hace que la actuación de la Justicia, con sus propios tiempos, no
impida atajar el problema antes de que se produzca un daño mayor. Por ello, los
expertos recomiendan dirigirse, lo primero, a la red social en cuestión. 2. Como
más vale prevenir que curar, plataformas como Twitter cuentan con perfiles
verificados, cuentas que, de forma fehaciente, se sabe que pertenecen a quien
indican. Esta opción sólo es posible para personas conocidas. 3. La
suplantación de identidad de personas con relevancia pública, poniendo en su
boca declaraciones falsas, ha generado crisis a nivel global, llegando a hacer
tambalear los mercados de todo el mundo. 4. Pese a que compañías y directivos
han sufrido suplantaciones, el ámbito empresarial apuesta, cada vez más, por su
presencia en redes sociales como parte de su estrategia de comunicación
Estar o no
estar en una red social puede ser una decisión personal, profesional o
incluso empresarial. Sin embargo, la facilidad que ofrecen las redes
para dar este paso y para crear perfiles hace que incluso quien no
quiera formar parte de ellas se encuentre allí sin saberlo.
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?
Así sucede en los casos de suplantación de identidad que proliferan en
entornos como Facebook o Twitter. Especialmente esta última ha vivido
casos muy sonados en los que famosos, políticos, instituciones o
empresas han sufrido las consecuencias de las actuaciones de terceros,
que crean perfiles falsos aprovechando el anonimato tras el que se
esconden en la famosa plataforma online de microblogging.
Según explica el abogado y experto en derecho de las nuevas tecnologías
Alejandro Touriño, del despacho Ecija, registrar un perfil ficticio sin
emplear datos o la fotografía de alguien en concreto no tiene
repercusión desde el punto de vista jurídico, más allá del
incumplimiento de los términos de uso de la red social y la posible
eliminación del perfil por los administradores de la página.
El tema cambia si el perfil creado utiliza la fotografía o los datos de
alguien, en cuyo caso se estaría produciendo, de entrada, un ilícito
civil por vulneración del derecho a la propia imagen reconocido
expresamente en el artículo 18 de la Constitución. Además, también
podría ser un delito de usurpación de identidad tipificado en el
artículo 401 del Código Penal, castigado con pena de prisión de seis
meses a tres años, por hacerse pasar por otro individuo sin su
consentimiento o usurpar la identidad de una persona.
Responsabilidad de la red
En cuanto a la responsabilidad que de todo ello pueda atribuirse a la
red social en la que se haya producido la suplantación, según los
artículos 13 y siguientes de la Ley de Servicios de la Sociedad de la
Información, los prestadores de servicios de intermediación no son, en
principio, responsables por los contenidos ajenos que transmiten, alojan
o a los que facilitan acceso. Tan sólo responden si toman participación
activa en estos casos o si, conociendo la ilegalidad de una determinada
actuación, no actúan con rapidez para retirarlo o impedir el acceso al
contenido.
Alejandro Touriño señala que al despacho llegan muchos casos de este
tipo, principalmente relacionados con directivos de grandes empresas. No
es raro que los altos ejecutivos de las compañías sean boicoteados en
las redes. Así le sucedió, por ejemplo, a Tony Hayward, ex consejero
delegado de la petrolera BP que, en 2010, durante la crisis por el grave
desastre medioambiental del vertido que se produjo en el Golfo de
México, fue víctima de un suplantador que puso en su boca, mediante un
tuit, la siguiente frase: “Las playas de arena negra están muy de moda
en algunos lugares”.
Este tipo de bromas pueden salir muy caras a las empresas. Falsos tuits
puestos en boca de personas relevantes como políticos o empresarios
hacen tambalear los mercados de todo el mundo con graves consecuencias.
No en vano, el informe sobre riesgos globales 2013 elaborado por
expertos de Marsh & McLennan, la Universidad de Oxford y Wharton,
entre otras entidades, ya destacaba estos supuestos como peligros a
tener en cuenta en la economía global.
Cómo actuar
Una vez producido un caso de suplantación, si lo que se pretende es la
mera eliminación del perfil, la interposición de acciones legales es
poco efectiva, ya que puede tardarse años en obtener una sentencia
estimatoria y minutos en generar un nuevo perfil infractor. Éste fue el
caso, por ejemplo, de la escritora Lucía Etxebarría, que tardó más de
dos años en lograr eliminar un perfil que suplantaba su identidad en
Twitter.
Por ello, según Alejandro Touriño, lo más oportuno es acudir a las vías
de reporte de infracción que las propias redes sociales ponen a
disposición de los usuarios, ya que lo habitual es que actúen de forma
implacable ante este tipo de situaciones.
Pese a ser éste el camino más rápido y sencillo para la eliminación
inmediata de un perfil, los daños causados pueden ser objeto de
indemnización si se llega a juicio. Ya ha habido diversas sentencias al
respecto, como en el caso de dos jóvenes que fueron condenadas en 2011 a
pagar 12.400 euros de indemnización y 200 euros de multa cada una por
abrir un perfil falso en la red Tuenti a nombre de otra chica con el
único objetivo de ridiculizarla. Las adolescentes condenadas por la
Audiencia Provincial de Segovia llegaron a subir una foto real de su
víctima, indicando sus datos personales y su centro de estudios.
Este tipo de situaciones en las que los afectados son particulares
resultan recurrentes y no sólo entre adolescentes, donde se repite con
frecuencia.
Hace dos años, la Agencia Española de Protección de Datos impuso la
primera multa, por importe de 2.000 euros, a una mujer por haber creado
un perfil en la red social Badoo con datos personales de otra,
incluyendo su móvil.
Este hecho y el tipo de perfil –con reclamos de tipo sexual–, hizo que
recibiera múltiples llamadas de solicitud de contacto sexual, lo que le
obligó a presentar una denuncia ante la Guardia Civil para que el perfil
fuera dado de baja.
Los riesgos de fraude en Internet no frenan la presencia de las empresas
El uso de redes sociales ya no se limita a las relaciones
interpersonales; ahora es una plataforma fundamental para las empresas,
que pueden emplearlas como medio para generar opiniones afines a sus
objetivos. Eso sí, ante el riesgo de que se convierta en un arma de
doble filo, la estrategia a seguir debe ser clara.
Según Adolfo Corujo, socio y director senior de Llorente & Cuenca,
“las empresas y los directivos tienen que dar ejemplo a la hora de
identificarse en las redes sociales con perfiles claros y no ambiguos,
diferenciando los usos oficiales de los personales”. Riesgos propios de
estos entornos como la suplantación de identidad, lejos de hacer temer
la presencia en las redes, debería producir el efecto contrario.
“Cuando los profesionales desarrollan su propia identidad digital,
minimizan las opciones de que alguien se aproveche con mala intención de
su ausencia o de su silencio”, apunta Corujo.
Nuevas armas
1. La inmediatez de los entornos digitales hace que la actuación de la
Justicia, con sus propios tiempos, no impida atajar el problema antes de
que se produzca un daño mayor. Por ello, los expertos recomiendan
dirigirse, lo primero, a la red social en cuestión.
2. Como más vale prevenir que curar, plataformas como Twitter cuentan
con perfiles verificados, cuentas que, de forma fehaciente, se sabe que
pertenecen a quien indican. Esta opción sólo es posible para personas
conocidas.
3. La suplantación de identidad de personas con relevancia pública,
poniendo en su boca declaraciones falsas, ha generado crisis a nivel
global, llegando a hacer tambalear los mercados de todo el mundo.
4. Pese a que compañías y directivos han sufrido suplantaciones, el
ámbito empresarial apuesta, cada vez más, por su presencia en redes
sociales como parte de su estrategia de comunicación.
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?,Noticias Jurídicas | Abogados - Bufetes - Sentencias | Jurídico | Expansión.com
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?,Noticias Jurídicas | Abogados - Bufetes - Sentencias | Jurídico | Expansión.com
Estar o no
estar en una red social puede ser una decisión personal, profesional o
incluso empresarial. Sin embargo, la facilidad que ofrecen las redes
para dar este paso y para crear perfiles hace que incluso quien no
quiera formar parte de ellas se encuentre allí sin saberlo.
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?
Así sucede en los casos de suplantación de identidad que proliferan en
entornos como Facebook o Twitter. Especialmente esta última ha vivido
casos muy sonados en los que famosos, políticos, instituciones o
empresas han sufrido las consecuencias de las actuaciones de terceros,
que crean perfiles falsos aprovechando el anonimato tras el que se
esconden en la famosa plataforma online de microblogging.
Según explica el abogado y experto en derecho de las nuevas tecnologías
Alejandro Touriño, del despacho Ecija, registrar un perfil ficticio sin
emplear datos o la fotografía de alguien en concreto no tiene
repercusión desde el punto de vista jurídico, más allá del
incumplimiento de los términos de uso de la red social y la posible
eliminación del perfil por los administradores de la página.
El tema cambia si el perfil creado utiliza la fotografía o los datos de
alguien, en cuyo caso se estaría produciendo, de entrada, un ilícito
civil por vulneración del derecho a la propia imagen reconocido
expresamente en el artículo 18 de la Constitución. Además, también
podría ser un delito de usurpación de identidad tipificado en el
artículo 401 del Código Penal, castigado con pena de prisión de seis
meses a tres años, por hacerse pasar por otro individuo sin su
consentimiento o usurpar la identidad de una persona.
Responsabilidad de la red
En cuanto a la responsabilidad que de todo ello pueda atribuirse a la
red social en la que se haya producido la suplantación, según los
artículos 13 y siguientes de la Ley de Servicios de la Sociedad de la
Información, los prestadores de servicios de intermediación no son, en
principio, responsables por los contenidos ajenos que transmiten, alojan
o a los que facilitan acceso. Tan sólo responden si toman participación
activa en estos casos o si, conociendo la ilegalidad de una determinada
actuación, no actúan con rapidez para retirarlo o impedir el acceso al
contenido.
Alejandro Touriño señala que al despacho llegan muchos casos de este
tipo, principalmente relacionados con directivos de grandes empresas. No
es raro que los altos ejecutivos de las compañías sean boicoteados en
las redes. Así le sucedió, por ejemplo, a Tony Hayward, ex consejero
delegado de la petrolera BP que, en 2010, durante la crisis por el grave
desastre medioambiental del vertido que se produjo en el Golfo de
México, fue víctima de un suplantador que puso en su boca, mediante un
tuit, la siguiente frase: “Las playas de arena negra están muy de moda
en algunos lugares”.
Este tipo de bromas pueden salir muy caras a las empresas. Falsos tuits
puestos en boca de personas relevantes como políticos o empresarios
hacen tambalear los mercados de todo el mundo con graves consecuencias.
No en vano, el informe sobre riesgos globales 2013 elaborado por
expertos de Marsh & McLennan, la Universidad de Oxford y Wharton,
entre otras entidades, ya destacaba estos supuestos como peligros a
tener en cuenta en la economía global.
Cómo actuar
Una vez producido un caso de suplantación, si lo que se pretende es la
mera eliminación del perfil, la interposición de acciones legales es
poco efectiva, ya que puede tardarse años en obtener una sentencia
estimatoria y minutos en generar un nuevo perfil infractor. Éste fue el
caso, por ejemplo, de la escritora Lucía Etxebarría, que tardó más de
dos años en lograr eliminar un perfil que suplantaba su identidad en
Twitter.
Por ello, según Alejandro Touriño, lo más oportuno es acudir a las vías
de reporte de infracción que las propias redes sociales ponen a
disposición de los usuarios, ya que lo habitual es que actúen de forma
implacable ante este tipo de situaciones.
Pese a ser éste el camino más rápido y sencillo para la eliminación
inmediata de un perfil, los daños causados pueden ser objeto de
indemnización si se llega a juicio. Ya ha habido diversas sentencias al
respecto, como en el caso de dos jóvenes que fueron condenadas en 2011 a
pagar 12.400 euros de indemnización y 200 euros de multa cada una por
abrir un perfil falso en la red Tuenti a nombre de otra chica con el
único objetivo de ridiculizarla. Las adolescentes condenadas por la
Audiencia Provincial de Segovia llegaron a subir una foto real de su
víctima, indicando sus datos personales y su centro de estudios.
Este tipo de situaciones en las que los afectados son particulares
resultan recurrentes y no sólo entre adolescentes, donde se repite con
frecuencia.
Hace dos años, la Agencia Española de Protección de Datos impuso la
primera multa, por importe de 2.000 euros, a una mujer por haber creado
un perfil en la red social Badoo con datos personales de otra,
incluyendo su móvil.
Este hecho y el tipo de perfil –con reclamos de tipo sexual–, hizo que
recibiera múltiples llamadas de solicitud de contacto sexual, lo que le
obligó a presentar una denuncia ante la Guardia Civil para que el perfil
fuera dado de baja.
Los riesgos de fraude en Internet no frenan la presencia de las empresas
El uso de redes sociales ya no se limita a las relaciones
interpersonales; ahora es una plataforma fundamental para las empresas,
que pueden emplearlas como medio para generar opiniones afines a sus
objetivos. Eso sí, ante el riesgo de que se convierta en un arma de
doble filo, la estrategia a seguir debe ser clara.
Según Adolfo Corujo, socio y director senior de Llorente & Cuenca,
“las empresas y los directivos tienen que dar ejemplo a la hora de
identificarse en las redes sociales con perfiles claros y no ambiguos,
diferenciando los usos oficiales de los personales”. Riesgos propios de
estos entornos como la suplantación de identidad, lejos de hacer temer
la presencia en las redes, debería producir el efecto contrario.
“Cuando los profesionales desarrollan su propia identidad digital,
minimizan las opciones de que alguien se aproveche con mala intención de
su ausencia o de su silencio”, apunta Corujo.
Nuevas armas
1. La inmediatez de los entornos digitales hace que la actuación de la
Justicia, con sus propios tiempos, no impida atajar el problema antes de
que se produzca un daño mayor. Por ello, los expertos recomiendan
dirigirse, lo primero, a la red social en cuestión.
2. Como más vale prevenir que curar, plataformas como Twitter cuentan
con perfiles verificados, cuentas que, de forma fehaciente, se sabe que
pertenecen a quien indican. Esta opción sólo es posible para personas
conocidas.
3. La suplantación de identidad de personas con relevancia pública,
poniendo en su boca declaraciones falsas, ha generado crisis a nivel
global, llegando a hacer tambalear los mercados de todo el mundo.
4. Pese a que compañías y directivos han sufrido suplantaciones, el
ámbito empresarial apuesta, cada vez más, por su presencia en redes
sociales como parte de su estrategia de comunicación.
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?,Noticias Jurídicas | Abogados - Bufetes - Sentencias | Jurídico | Expansión.com
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Estar o no
estar en una red social puede ser una decisión personal, profesional o
incluso empresarial. Sin embargo, la facilidad que ofrecen las redes
para dar este paso y para crear perfiles hace que incluso quien no
quiera formar parte de ellas se encuentre allí sin saberlo.
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?
Así sucede en los casos de suplantación de identidad que proliferan en
entornos como Facebook o Twitter. Especialmente esta última ha vivido
casos muy sonados en los que famosos, políticos, instituciones o
empresas han sufrido las consecuencias de las actuaciones de terceros,
que crean perfiles falsos aprovechando el anonimato tras el que se
esconden en la famosa plataforma online de microblogging.
Según explica el abogado y experto en derecho de las nuevas tecnologías
Alejandro Touriño, del despacho Ecija, registrar un perfil ficticio sin
emplear datos o la fotografía de alguien en concreto no tiene
repercusión desde el punto de vista jurídico, más allá del
incumplimiento de los términos de uso de la red social y la posible
eliminación del perfil por los administradores de la página.
El tema cambia si el perfil creado utiliza la fotografía o los datos de
alguien, en cuyo caso se estaría produciendo, de entrada, un ilícito
civil por vulneración del derecho a la propia imagen reconocido
expresamente en el artículo 18 de la Constitución. Además, también
podría ser un delito de usurpación de identidad tipificado en el
artículo 401 del Código Penal, castigado con pena de prisión de seis
meses a tres años, por hacerse pasar por otro individuo sin su
consentimiento o usurpar la identidad de una persona.
Responsabilidad de la red
En cuanto a la responsabilidad que de todo ello pueda atribuirse a la
red social en la que se haya producido la suplantación, según los
artículos 13 y siguientes de la Ley de Servicios de la Sociedad de la
Información, los prestadores de servicios de intermediación no son, en
principio, responsables por los contenidos ajenos que transmiten, alojan
o a los que facilitan acceso. Tan sólo responden si toman participación
activa en estos casos o si, conociendo la ilegalidad de una determinada
actuación, no actúan con rapidez para retirarlo o impedir el acceso al
contenido.
Alejandro Touriño señala que al despacho llegan muchos casos de este
tipo, principalmente relacionados con directivos de grandes empresas. No
es raro que los altos ejecutivos de las compañías sean boicoteados en
las redes. Así le sucedió, por ejemplo, a Tony Hayward, ex consejero
delegado de la petrolera BP que, en 2010, durante la crisis por el grave
desastre medioambiental del vertido que se produjo en el Golfo de
México, fue víctima de un suplantador que puso en su boca, mediante un
tuit, la siguiente frase: “Las playas de arena negra están muy de moda
en algunos lugares”.
Este tipo de bromas pueden salir muy caras a las empresas. Falsos tuits
puestos en boca de personas relevantes como políticos o empresarios
hacen tambalear los mercados de todo el mundo con graves consecuencias.
No en vano, el informe sobre riesgos globales 2013 elaborado por
expertos de Marsh & McLennan, la Universidad de Oxford y Wharton,
entre otras entidades, ya destacaba estos supuestos como peligros a
tener en cuenta en la economía global.
Cómo actuar
Una vez producido un caso de suplantación, si lo que se pretende es la
mera eliminación del perfil, la interposición de acciones legales es
poco efectiva, ya que puede tardarse años en obtener una sentencia
estimatoria y minutos en generar un nuevo perfil infractor. Éste fue el
caso, por ejemplo, de la escritora Lucía Etxebarría, que tardó más de
dos años en lograr eliminar un perfil que suplantaba su identidad en
Twitter.
Por ello, según Alejandro Touriño, lo más oportuno es acudir a las vías
de reporte de infracción que las propias redes sociales ponen a
disposición de los usuarios, ya que lo habitual es que actúen de forma
implacable ante este tipo de situaciones.
Pese a ser éste el camino más rápido y sencillo para la eliminación
inmediata de un perfil, los daños causados pueden ser objeto de
indemnización si se llega a juicio. Ya ha habido diversas sentencias al
respecto, como en el caso de dos jóvenes que fueron condenadas en 2011 a
pagar 12.400 euros de indemnización y 200 euros de multa cada una por
abrir un perfil falso en la red Tuenti a nombre de otra chica con el
único objetivo de ridiculizarla. Las adolescentes condenadas por la
Audiencia Provincial de Segovia llegaron a subir una foto real de su
víctima, indicando sus datos personales y su centro de estudios.
Este tipo de situaciones en las que los afectados son particulares
resultan recurrentes y no sólo entre adolescentes, donde se repite con
frecuencia.
Hace dos años, la Agencia Española de Protección de Datos impuso la
primera multa, por importe de 2.000 euros, a una mujer por haber creado
un perfil en la red social Badoo con datos personales de otra,
incluyendo su móvil.
Este hecho y el tipo de perfil –con reclamos de tipo sexual–, hizo que
recibiera múltiples llamadas de solicitud de contacto sexual, lo que le
obligó a presentar una denuncia ante la Guardia Civil para que el perfil
fuera dado de baja.
Los riesgos de fraude en Internet no frenan la presencia de las empresas
El uso de redes sociales ya no se limita a las relaciones
interpersonales; ahora es una plataforma fundamental para las empresas,
que pueden emplearlas como medio para generar opiniones afines a sus
objetivos. Eso sí, ante el riesgo de que se convierta en un arma de
doble filo, la estrategia a seguir debe ser clara.
Según Adolfo Corujo, socio y director senior de Llorente & Cuenca,
“las empresas y los directivos tienen que dar ejemplo a la hora de
identificarse en las redes sociales con perfiles claros y no ambiguos,
diferenciando los usos oficiales de los personales”. Riesgos propios de
estos entornos como la suplantación de identidad, lejos de hacer temer
la presencia en las redes, debería producir el efecto contrario.
“Cuando los profesionales desarrollan su propia identidad digital,
minimizan las opciones de que alguien se aproveche con mala intención de
su ausencia o de su silencio”, apunta Corujo.
Nuevas armas
1. La inmediatez de los entornos digitales hace que la actuación de la
Justicia, con sus propios tiempos, no impida atajar el problema antes de
que se produzca un daño mayor. Por ello, los expertos recomiendan
dirigirse, lo primero, a la red social en cuestión.
2. Como más vale prevenir que curar, plataformas como Twitter cuentan
con perfiles verificados, cuentas que, de forma fehaciente, se sabe que
pertenecen a quien indican. Esta opción sólo es posible para personas
conocidas.
3. La suplantación de identidad de personas con relevancia pública,
poniendo en su boca declaraciones falsas, ha generado crisis a nivel
global, llegando a hacer tambalear los mercados de todo el mundo.
4. Pese a que compañías y directivos han sufrido suplantaciones, el
ámbito empresarial apuesta, cada vez más, por su presencia en redes
sociales como parte de su estrategia de comunicación.
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?,Noticias Jurídicas | Abogados - Bufetes - Sentencias | Jurídico | Expansión.com
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?,Noticias Jurídicas | Abogados - Bufetes - Sentencias | Jurídico | Expansión.com
Estar o no
estar en una red social puede ser una decisión personal, profesional o
incluso empresarial. Sin embargo, la facilidad que ofrecen las redes
para dar este paso y para crear perfiles hace que incluso quien no
quiera formar parte de ellas se encuentre allí sin saberlo.
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?
Así sucede en los casos de suplantación de identidad que proliferan en
entornos como Facebook o Twitter. Especialmente esta última ha vivido
casos muy sonados en los que famosos, políticos, instituciones o
empresas han sufrido las consecuencias de las actuaciones de terceros,
que crean perfiles falsos aprovechando el anonimato tras el que se
esconden en la famosa plataforma online de microblogging.
Según explica el abogado y experto en derecho de las nuevas tecnologías
Alejandro Touriño, del despacho Ecija, registrar un perfil ficticio sin
emplear datos o la fotografía de alguien en concreto no tiene
repercusión desde el punto de vista jurídico, más allá del
incumplimiento de los términos de uso de la red social y la posible
eliminación del perfil por los administradores de la página.
El tema cambia si el perfil creado utiliza la fotografía o los datos de
alguien, en cuyo caso se estaría produciendo, de entrada, un ilícito
civil por vulneración del derecho a la propia imagen reconocido
expresamente en el artículo 18 de la Constitución. Además, también
podría ser un delito de usurpación de identidad tipificado en el
artículo 401 del Código Penal, castigado con pena de prisión de seis
meses a tres años, por hacerse pasar por otro individuo sin su
consentimiento o usurpar la identidad de una persona.
Responsabilidad de la red
En cuanto a la responsabilidad que de todo ello pueda atribuirse a la
red social en la que se haya producido la suplantación, según los
artículos 13 y siguientes de la Ley de Servicios de la Sociedad de la
Información, los prestadores de servicios de intermediación no son, en
principio, responsables por los contenidos ajenos que transmiten, alojan
o a los que facilitan acceso. Tan sólo responden si toman participación
activa en estos casos o si, conociendo la ilegalidad de una determinada
actuación, no actúan con rapidez para retirarlo o impedir el acceso al
contenido.
Alejandro Touriño señala que al despacho llegan muchos casos de este
tipo, principalmente relacionados con directivos de grandes empresas. No
es raro que los altos ejecutivos de las compañías sean boicoteados en
las redes. Así le sucedió, por ejemplo, a Tony Hayward, ex consejero
delegado de la petrolera BP que, en 2010, durante la crisis por el grave
desastre medioambiental del vertido que se produjo en el Golfo de
México, fue víctima de un suplantador que puso en su boca, mediante un
tuit, la siguiente frase: “Las playas de arena negra están muy de moda
en algunos lugares”.
Este tipo de bromas pueden salir muy caras a las empresas. Falsos tuits
puestos en boca de personas relevantes como políticos o empresarios
hacen tambalear los mercados de todo el mundo con graves consecuencias.
No en vano, el informe sobre riesgos globales 2013 elaborado por
expertos de Marsh & McLennan, la Universidad de Oxford y Wharton,
entre otras entidades, ya destacaba estos supuestos como peligros a
tener en cuenta en la economía global.
Cómo actuar
Una vez producido un caso de suplantación, si lo que se pretende es la
mera eliminación del perfil, la interposición de acciones legales es
poco efectiva, ya que puede tardarse años en obtener una sentencia
estimatoria y minutos en generar un nuevo perfil infractor. Éste fue el
caso, por ejemplo, de la escritora Lucía Etxebarría, que tardó más de
dos años en lograr eliminar un perfil que suplantaba su identidad en
Twitter.
Por ello, según Alejandro Touriño, lo más oportuno es acudir a las vías
de reporte de infracción que las propias redes sociales ponen a
disposición de los usuarios, ya que lo habitual es que actúen de forma
implacable ante este tipo de situaciones.
Pese a ser éste el camino más rápido y sencillo para la eliminación
inmediata de un perfil, los daños causados pueden ser objeto de
indemnización si se llega a juicio. Ya ha habido diversas sentencias al
respecto, como en el caso de dos jóvenes que fueron condenadas en 2011 a
pagar 12.400 euros de indemnización y 200 euros de multa cada una por
abrir un perfil falso en la red Tuenti a nombre de otra chica con el
único objetivo de ridiculizarla. Las adolescentes condenadas por la
Audiencia Provincial de Segovia llegaron a subir una foto real de su
víctima, indicando sus datos personales y su centro de estudios.
Este tipo de situaciones en las que los afectados son particulares
resultan recurrentes y no sólo entre adolescentes, donde se repite con
frecuencia.
Hace dos años, la Agencia Española de Protección de Datos impuso la
primera multa, por importe de 2.000 euros, a una mujer por haber creado
un perfil en la red social Badoo con datos personales de otra,
incluyendo su móvil.
Este hecho y el tipo de perfil –con reclamos de tipo sexual–, hizo que
recibiera múltiples llamadas de solicitud de contacto sexual, lo que le
obligó a presentar una denuncia ante la Guardia Civil para que el perfil
fuera dado de baja.
Los riesgos de fraude en Internet no frenan la presencia de las empresas
El uso de redes sociales ya no se limita a las relaciones
interpersonales; ahora es una plataforma fundamental para las empresas,
que pueden emplearlas como medio para generar opiniones afines a sus
objetivos. Eso sí, ante el riesgo de que se convierta en un arma de
doble filo, la estrategia a seguir debe ser clara.
Según Adolfo Corujo, socio y director senior de Llorente & Cuenca,
“las empresas y los directivos tienen que dar ejemplo a la hora de
identificarse en las redes sociales con perfiles claros y no ambiguos,
diferenciando los usos oficiales de los personales”. Riesgos propios de
estos entornos como la suplantación de identidad, lejos de hacer temer
la presencia en las redes, debería producir el efecto contrario.
“Cuando los profesionales desarrollan su propia identidad digital,
minimizan las opciones de que alguien se aproveche con mala intención de
su ausencia o de su silencio”, apunta Corujo.
Nuevas armas
1. La inmediatez de los entornos digitales hace que la actuación de la
Justicia, con sus propios tiempos, no impida atajar el problema antes de
que se produzca un daño mayor. Por ello, los expertos recomiendan
dirigirse, lo primero, a la red social en cuestión.
2. Como más vale prevenir que curar, plataformas como Twitter cuentan
con perfiles verificados, cuentas que, de forma fehaciente, se sabe que
pertenecen a quien indican. Esta opción sólo es posible para personas
conocidas.
3. La suplantación de identidad de personas con relevancia pública,
poniendo en su boca declaraciones falsas, ha generado crisis a nivel
global, llegando a hacer tambalear los mercados de todo el mundo.
4. Pese a que compañías y directivos han sufrido suplantaciones, el
ámbito empresarial apuesta, cada vez más, por su presencia en redes
sociales como parte de su estrategia de comunicación.
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?,Noticias Jurídicas | Abogados - Bufetes - Sentencias | Jurídico | Expansión.com
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?,Noticias Jurídicas | Abogados - Bufetes - Sentencias | Jurídico | Expansión.com
Estar o no
estar en una red social puede ser una decisión personal, profesional o
incluso empresarial. Sin embargo, la facilidad que ofrecen las redes
para dar este paso y para crear perfiles hace que incluso quien no
quiera formar parte de ellas se encuentre allí sin saberlo.
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?
Así sucede en los casos de suplantación de identidad que proliferan en
entornos como Facebook o Twitter. Especialmente esta última ha vivido
casos muy sonados en los que famosos, políticos, instituciones o
empresas han sufrido las consecuencias de las actuaciones de terceros,
que crean perfiles falsos aprovechando el anonimato tras el que se
esconden en la famosa plataforma online de microblogging.
Según explica el abogado y experto en derecho de las nuevas tecnologías
Alejandro Touriño, del despacho Ecija, registrar un perfil ficticio sin
emplear datos o la fotografía de alguien en concreto no tiene
repercusión desde el punto de vista jurídico, más allá del
incumplimiento de los términos de uso de la red social y la posible
eliminación del perfil por los administradores de la página.
El tema cambia si el perfil creado utiliza la fotografía o los datos de
alguien, en cuyo caso se estaría produciendo, de entrada, un ilícito
civil por vulneración del derecho a la propia imagen reconocido
expresamente en el artículo 18 de la Constitución. Además, también
podría ser un delito de usurpación de identidad tipificado en el
artículo 401 del Código Penal, castigado con pena de prisión de seis
meses a tres años, por hacerse pasar por otro individuo sin su
consentimiento o usurpar la identidad de una persona.
Responsabilidad de la red
En cuanto a la responsabilidad que de todo ello pueda atribuirse a la
red social en la que se haya producido la suplantación, según los
artículos 13 y siguientes de la Ley de Servicios de la Sociedad de la
Información, los prestadores de servicios de intermediación no son, en
principio, responsables por los contenidos ajenos que transmiten, alojan
o a los que facilitan acceso. Tan sólo responden si toman participación
activa en estos casos o si, conociendo la ilegalidad de una determinada
actuación, no actúan con rapidez para retirarlo o impedir el acceso al
contenido.
Alejandro Touriño señala que al despacho llegan muchos casos de este
tipo, principalmente relacionados con directivos de grandes empresas. No
es raro que los altos ejecutivos de las compañías sean boicoteados en
las redes. Así le sucedió, por ejemplo, a Tony Hayward, ex consejero
delegado de la petrolera BP que, en 2010, durante la crisis por el grave
desastre medioambiental del vertido que se produjo en el Golfo de
México, fue víctima de un suplantador que puso en su boca, mediante un
tuit, la siguiente frase: “Las playas de arena negra están muy de moda
en algunos lugares”.
Este tipo de bromas pueden salir muy caras a las empresas. Falsos tuits
puestos en boca de personas relevantes como políticos o empresarios
hacen tambalear los mercados de todo el mundo con graves consecuencias.
No en vano, el informe sobre riesgos globales 2013 elaborado por
expertos de Marsh & McLennan, la Universidad de Oxford y Wharton,
entre otras entidades, ya destacaba estos supuestos como peligros a
tener en cuenta en la economía global.
Cómo actuar
Una vez producido un caso de suplantación, si lo que se pretende es la
mera eliminación del perfil, la interposición de acciones legales es
poco efectiva, ya que puede tardarse años en obtener una sentencia
estimatoria y minutos en generar un nuevo perfil infractor. Éste fue el
caso, por ejemplo, de la escritora Lucía Etxebarría, que tardó más de
dos años en lograr eliminar un perfil que suplantaba su identidad en
Twitter.
Por ello, según Alejandro Touriño, lo más oportuno es acudir a las vías
de reporte de infracción que las propias redes sociales ponen a
disposición de los usuarios, ya que lo habitual es que actúen de forma
implacable ante este tipo de situaciones.
Pese a ser éste el camino más rápido y sencillo para la eliminación
inmediata de un perfil, los daños causados pueden ser objeto de
indemnización si se llega a juicio. Ya ha habido diversas sentencias al
respecto, como en el caso de dos jóvenes que fueron condenadas en 2011 a
pagar 12.400 euros de indemnización y 200 euros de multa cada una por
abrir un perfil falso en la red Tuenti a nombre de otra chica con el
único objetivo de ridiculizarla. Las adolescentes condenadas por la
Audiencia Provincial de Segovia llegaron a subir una foto real de su
víctima, indicando sus datos personales y su centro de estudios.
Este tipo de situaciones en las que los afectados son particulares
resultan recurrentes y no sólo entre adolescentes, donde se repite con
frecuencia.
Hace dos años, la Agencia Española de Protección de Datos impuso la
primera multa, por importe de 2.000 euros, a una mujer por haber creado
un perfil en la red social Badoo con datos personales de otra,
incluyendo su móvil.
Este hecho y el tipo de perfil –con reclamos de tipo sexual–, hizo que
recibiera múltiples llamadas de solicitud de contacto sexual, lo que le
obligó a presentar una denuncia ante la Guardia Civil para que el perfil
fuera dado de baja.
Los riesgos de fraude en Internet no frenan la presencia de las empresas
El uso de redes sociales ya no se limita a las relaciones
interpersonales; ahora es una plataforma fundamental para las empresas,
que pueden emplearlas como medio para generar opiniones afines a sus
objetivos. Eso sí, ante el riesgo de que se convierta en un arma de
doble filo, la estrategia a seguir debe ser clara.
Según Adolfo Corujo, socio y director senior de Llorente & Cuenca,
“las empresas y los directivos tienen que dar ejemplo a la hora de
identificarse en las redes sociales con perfiles claros y no ambiguos,
diferenciando los usos oficiales de los personales”. Riesgos propios de
estos entornos como la suplantación de identidad, lejos de hacer temer
la presencia en las redes, debería producir el efecto contrario.
“Cuando los profesionales desarrollan su propia identidad digital,
minimizan las opciones de que alguien se aproveche con mala intención de
su ausencia o de su silencio”, apunta Corujo.
Nuevas armas
1. La inmediatez de los entornos digitales hace que la actuación de la
Justicia, con sus propios tiempos, no impida atajar el problema antes de
que se produzca un daño mayor. Por ello, los expertos recomiendan
dirigirse, lo primero, a la red social en cuestión.
2. Como más vale prevenir que curar, plataformas como Twitter cuentan
con perfiles verificados, cuentas que, de forma fehaciente, se sabe que
pertenecen a quien indican. Esta opción sólo es posible para personas
conocidas.
3. La suplantación de identidad de personas con relevancia pública,
poniendo en su boca declaraciones falsas, ha generado crisis a nivel
global, llegando a hacer tambalear los mercados de todo el mundo.
4. Pese a que compañías y directivos han sufrido suplantaciones, el
ámbito empresarial apuesta, cada vez más, por su presencia en redes
sociales como parte de su estrategia de comunicación.
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Estar o no
estar en una red social puede ser una decisión personal, profesional o
incluso empresarial. Sin embargo, la facilidad que ofrecen las redes
para dar este paso y para crear perfiles hace que incluso quien no
quiera formar parte de ellas se encuentre allí sin saberlo.
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?
Así sucede en los casos de suplantación de identidad que proliferan en
entornos como Facebook o Twitter. Especialmente esta última ha vivido
casos muy sonados en los que famosos, políticos, instituciones o
empresas han sufrido las consecuencias de las actuaciones de terceros,
que crean perfiles falsos aprovechando el anonimato tras el que se
esconden en la famosa plataforma online de microblogging.
Según explica el abogado y experto en derecho de las nuevas tecnologías
Alejandro Touriño, del despacho Ecija, registrar un perfil ficticio sin
emplear datos o la fotografía de alguien en concreto no tiene
repercusión desde el punto de vista jurídico, más allá del
incumplimiento de los términos de uso de la red social y la posible
eliminación del perfil por los administradores de la página.
El tema cambia si el perfil creado utiliza la fotografía o los datos de
alguien, en cuyo caso se estaría produciendo, de entrada, un ilícito
civil por vulneración del derecho a la propia imagen reconocido
expresamente en el artículo 18 de la Constitución. Además, también
podría ser un delito de usurpación de identidad tipificado en el
artículo 401 del Código Penal, castigado con pena de prisión de seis
meses a tres años, por hacerse pasar por otro individuo sin su
consentimiento o usurpar la identidad de una persona.
Responsabilidad de la red
En cuanto a la responsabilidad que de todo ello pueda atribuirse a la
red social en la que se haya producido la suplantación, según los
artículos 13 y siguientes de la Ley de Servicios de la Sociedad de la
Información, los prestadores de servicios de intermediación no son, en
principio, responsables por los contenidos ajenos que transmiten, alojan
o a los que facilitan acceso. Tan sólo responden si toman participación
activa en estos casos o si, conociendo la ilegalidad de una determinada
actuación, no actúan con rapidez para retirarlo o impedir el acceso al
contenido.
Alejandro Touriño señala que al despacho llegan muchos casos de este
tipo, principalmente relacionados con directivos de grandes empresas. No
es raro que los altos ejecutivos de las compañías sean boicoteados en
las redes. Así le sucedió, por ejemplo, a Tony Hayward, ex consejero
delegado de la petrolera BP que, en 2010, durante la crisis por el grave
desastre medioambiental del vertido que se produjo en el Golfo de
México, fue víctima de un suplantador que puso en su boca, mediante un
tuit, la siguiente frase: “Las playas de arena negra están muy de moda
en algunos lugares”.
Este tipo de bromas pueden salir muy caras a las empresas. Falsos tuits
puestos en boca de personas relevantes como políticos o empresarios
hacen tambalear los mercados de todo el mundo con graves consecuencias.
No en vano, el informe sobre riesgos globales 2013 elaborado por
expertos de Marsh & McLennan, la Universidad de Oxford y Wharton,
entre otras entidades, ya destacaba estos supuestos como peligros a
tener en cuenta en la economía global.
Cómo actuar
Una vez producido un caso de suplantación, si lo que se pretende es la
mera eliminación del perfil, la interposición de acciones legales es
poco efectiva, ya que puede tardarse años en obtener una sentencia
estimatoria y minutos en generar un nuevo perfil infractor. Éste fue el
caso, por ejemplo, de la escritora Lucía Etxebarría, que tardó más de
dos años en lograr eliminar un perfil que suplantaba su identidad en
Twitter.
Por ello, según Alejandro Touriño, lo más oportuno es acudir a las vías
de reporte de infracción que las propias redes sociales ponen a
disposición de los usuarios, ya que lo habitual es que actúen de forma
implacable ante este tipo de situaciones.
Pese a ser éste el camino más rápido y sencillo para la eliminación
inmediata de un perfil, los daños causados pueden ser objeto de
indemnización si se llega a juicio. Ya ha habido diversas sentencias al
respecto, como en el caso de dos jóvenes que fueron condenadas en 2011 a
pagar 12.400 euros de indemnización y 200 euros de multa cada una por
abrir un perfil falso en la red Tuenti a nombre de otra chica con el
único objetivo de ridiculizarla. Las adolescentes condenadas por la
Audiencia Provincial de Segovia llegaron a subir una foto real de su
víctima, indicando sus datos personales y su centro de estudios.
Este tipo de situaciones en las que los afectados son particulares
resultan recurrentes y no sólo entre adolescentes, donde se repite con
frecuencia.
Hace dos años, la Agencia Española de Protección de Datos impuso la
primera multa, por importe de 2.000 euros, a una mujer por haber creado
un perfil en la red social Badoo con datos personales de otra,
incluyendo su móvil.
Este hecho y el tipo de perfil –con reclamos de tipo sexual–, hizo que
recibiera múltiples llamadas de solicitud de contacto sexual, lo que le
obligó a presentar una denuncia ante la Guardia Civil para que el perfil
fuera dado de baja.
Los riesgos de fraude en Internet no frenan la presencia de las empresas
El uso de redes sociales ya no se limita a las relaciones
interpersonales; ahora es una plataforma fundamental para las empresas,
que pueden emplearlas como medio para generar opiniones afines a sus
objetivos. Eso sí, ante el riesgo de que se convierta en un arma de
doble filo, la estrategia a seguir debe ser clara.
Según Adolfo Corujo, socio y director senior de Llorente & Cuenca,
“las empresas y los directivos tienen que dar ejemplo a la hora de
identificarse en las redes sociales con perfiles claros y no ambiguos,
diferenciando los usos oficiales de los personales”. Riesgos propios de
estos entornos como la suplantación de identidad, lejos de hacer temer
la presencia en las redes, debería producir el efecto contrario.
“Cuando los profesionales desarrollan su propia identidad digital,
minimizan las opciones de que alguien se aproveche con mala intención de
su ausencia o de su silencio”, apunta Corujo.
Nuevas armas
1. La inmediatez de los entornos digitales hace que la actuación de la
Justicia, con sus propios tiempos, no impida atajar el problema antes de
que se produzca un daño mayor. Por ello, los expertos recomiendan
dirigirse, lo primero, a la red social en cuestión.
2. Como más vale prevenir que curar, plataformas como Twitter cuentan
con perfiles verificados, cuentas que, de forma fehaciente, se sabe que
pertenecen a quien indican. Esta opción sólo es posible para personas
conocidas.
3. La suplantación de identidad de personas con relevancia pública,
poniendo en su boca declaraciones falsas, ha generado crisis a nivel
global, llegando a hacer tambalear los mercados de todo el mundo.
4. Pese a que compañías y directivos han sufrido suplantaciones, el
ámbito empresarial apuesta, cada vez más, por su presencia en redes
sociales como parte de su estrategia de comunicación.
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?,Noticias Jurídicas | Abogados - Bufetes - Sentencias | Jurídico | Expansión.com
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?,Noticias Jurídicas | Abogados - Bufetes - Sentencias | Jurídico | Expansión.com
Estar o no
estar en una red social puede ser una decisión personal, profesional o
incluso empresarial. Sin embargo, la facilidad que ofrecen las redes
para dar este paso y para crear perfiles hace que incluso quien no
quiera formar parte de ellas se encuentre allí sin saberlo.
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?
Así sucede en los casos de suplantación de identidad que proliferan en
entornos como Facebook o Twitter. Especialmente esta última ha vivido
casos muy sonados en los que famosos, políticos, instituciones o
empresas han sufrido las consecuencias de las actuaciones de terceros,
que crean perfiles falsos aprovechando el anonimato tras el que se
esconden en la famosa plataforma online de microblogging.
Según explica el abogado y experto en derecho de las nuevas tecnologías
Alejandro Touriño, del despacho Ecija, registrar un perfil ficticio sin
emplear datos o la fotografía de alguien en concreto no tiene
repercusión desde el punto de vista jurídico, más allá del
incumplimiento de los términos de uso de la red social y la posible
eliminación del perfil por los administradores de la página.
El tema cambia si el perfil creado utiliza la fotografía o los datos de
alguien, en cuyo caso se estaría produciendo, de entrada, un ilícito
civil por vulneración del derecho a la propia imagen reconocido
expresamente en el artículo 18 de la Constitución. Además, también
podría ser un delito de usurpación de identidad tipificado en el
artículo 401 del Código Penal, castigado con pena de prisión de seis
meses a tres años, por hacerse pasar por otro individuo sin su
consentimiento o usurpar la identidad de una persona.
Responsabilidad de la red
En cuanto a la responsabilidad que de todo ello pueda atribuirse a la
red social en la que se haya producido la suplantación, según los
artículos 13 y siguientes de la Ley de Servicios de la Sociedad de la
Información, los prestadores de servicios de intermediación no son, en
principio, responsables por los contenidos ajenos que transmiten, alojan
o a los que facilitan acceso. Tan sólo responden si toman participación
activa en estos casos o si, conociendo la ilegalidad de una determinada
actuación, no actúan con rapidez para retirarlo o impedir el acceso al
contenido.
Alejandro Touriño señala que al despacho llegan muchos casos de este
tipo, principalmente relacionados con directivos de grandes empresas. No
es raro que los altos ejecutivos de las compañías sean boicoteados en
las redes. Así le sucedió, por ejemplo, a Tony Hayward, ex consejero
delegado de la petrolera BP que, en 2010, durante la crisis por el grave
desastre medioambiental del vertido que se produjo en el Golfo de
México, fue víctima de un suplantador que puso en su boca, mediante un
tuit, la siguiente frase: “Las playas de arena negra están muy de moda
en algunos lugares”.
Este tipo de bromas pueden salir muy caras a las empresas. Falsos tuits
puestos en boca de personas relevantes como políticos o empresarios
hacen tambalear los mercados de todo el mundo con graves consecuencias.
No en vano, el informe sobre riesgos globales 2013 elaborado por
expertos de Marsh & McLennan, la Universidad de Oxford y Wharton,
entre otras entidades, ya destacaba estos supuestos como peligros a
tener en cuenta en la economía global.
Cómo actuar
Una vez producido un caso de suplantación, si lo que se pretende es la
mera eliminación del perfil, la interposición de acciones legales es
poco efectiva, ya que puede tardarse años en obtener una sentencia
estimatoria y minutos en generar un nuevo perfil infractor. Éste fue el
caso, por ejemplo, de la escritora Lucía Etxebarría, que tardó más de
dos años en lograr eliminar un perfil que suplantaba su identidad en
Twitter.
Por ello, según Alejandro Touriño, lo más oportuno es acudir a las vías
de reporte de infracción que las propias redes sociales ponen a
disposición de los usuarios, ya que lo habitual es que actúen de forma
implacable ante este tipo de situaciones.
Pese a ser éste el camino más rápido y sencillo para la eliminación
inmediata de un perfil, los daños causados pueden ser objeto de
indemnización si se llega a juicio. Ya ha habido diversas sentencias al
respecto, como en el caso de dos jóvenes que fueron condenadas en 2011 a
pagar 12.400 euros de indemnización y 200 euros de multa cada una por
abrir un perfil falso en la red Tuenti a nombre de otra chica con el
único objetivo de ridiculizarla. Las adolescentes condenadas por la
Audiencia Provincial de Segovia llegaron a subir una foto real de su
víctima, indicando sus datos personales y su centro de estudios.
Este tipo de situaciones en las que los afectados son particulares
resultan recurrentes y no sólo entre adolescentes, donde se repite con
frecuencia.
Hace dos años, la Agencia Española de Protección de Datos impuso la
primera multa, por importe de 2.000 euros, a una mujer por haber creado
un perfil en la red social Badoo con datos personales de otra,
incluyendo su móvil.
Este hecho y el tipo de perfil –con reclamos de tipo sexual–, hizo que
recibiera múltiples llamadas de solicitud de contacto sexual, lo que le
obligó a presentar una denuncia ante la Guardia Civil para que el perfil
fuera dado de baja.
Los riesgos de fraude en Internet no frenan la presencia de las empresas
El uso de redes sociales ya no se limita a las relaciones
interpersonales; ahora es una plataforma fundamental para las empresas,
que pueden emplearlas como medio para generar opiniones afines a sus
objetivos. Eso sí, ante el riesgo de que se convierta en un arma de
doble filo, la estrategia a seguir debe ser clara.
Según Adolfo Corujo, socio y director senior de Llorente & Cuenca,
“las empresas y los directivos tienen que dar ejemplo a la hora de
identificarse en las redes sociales con perfiles claros y no ambiguos,
diferenciando los usos oficiales de los personales”. Riesgos propios de
estos entornos como la suplantación de identidad, lejos de hacer temer
la presencia en las redes, debería producir el efecto contrario.
“Cuando los profesionales desarrollan su propia identidad digital,
minimizan las opciones de que alguien se aproveche con mala intención de
su ausencia o de su silencio”, apunta Corujo.
Nuevas armas
1. La inmediatez de los entornos digitales hace que la actuación de la
Justicia, con sus propios tiempos, no impida atajar el problema antes de
que se produzca un daño mayor. Por ello, los expertos recomiendan
dirigirse, lo primero, a la red social en cuestión.
2. Como más vale prevenir que curar, plataformas como Twitter cuentan
con perfiles verificados, cuentas que, de forma fehaciente, se sabe que
pertenecen a quien indican. Esta opción sólo es posible para personas
conocidas.
3. La suplantación de identidad de personas con relevancia pública,
poniendo en su boca declaraciones falsas, ha generado crisis a nivel
global, llegando a hacer tambalear los mercados de todo el mundo.
4. Pese a que compañías y directivos han sufrido suplantaciones, el
ámbito empresarial apuesta, cada vez más, por su presencia en redes
sociales como parte de su estrategia de comunicación.
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?,Noticias Jurídicas | Abogados - Bufetes - Sentencias | Jurídico | Expansión.com
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?,Noticias Jurídicas | Abogados - Bufetes - Sentencias | Jurídico | Expansión.com
Estar o no
estar en una red social puede ser una decisión personal, profesional o
incluso empresarial. Sin embargo, la facilidad que ofrecen las redes
para dar este paso y para crear perfiles hace que incluso quien no
quiera formar parte de ellas se encuentre allí sin saberlo.
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?
Así sucede en los casos de suplantación de identidad que proliferan en
entornos como Facebook o Twitter. Especialmente esta última ha vivido
casos muy sonados en los que famosos, políticos, instituciones o
empresas han sufrido las consecuencias de las actuaciones de terceros,
que crean perfiles falsos aprovechando el anonimato tras el que se
esconden en la famosa plataforma online de microblogging.
Según explica el abogado y experto en derecho de las nuevas tecnologías
Alejandro Touriño, del despacho Ecija, registrar un perfil ficticio sin
emplear datos o la fotografía de alguien en concreto no tiene
repercusión desde el punto de vista jurídico, más allá del
incumplimiento de los términos de uso de la red social y la posible
eliminación del perfil por los administradores de la página.
El tema cambia si el perfil creado utiliza la fotografía o los datos de
alguien, en cuyo caso se estaría produciendo, de entrada, un ilícito
civil por vulneración del derecho a la propia imagen reconocido
expresamente en el artículo 18 de la Constitución. Además, también
podría ser un delito de usurpación de identidad tipificado en el
artículo 401 del Código Penal, castigado con pena de prisión de seis
meses a tres años, por hacerse pasar por otro individuo sin su
consentimiento o usurpar la identidad de una persona.
Responsabilidad de la red
En cuanto a la responsabilidad que de todo ello pueda atribuirse a la
red social en la que se haya producido la suplantación, según los
artículos 13 y siguientes de la Ley de Servicios de la Sociedad de la
Información, los prestadores de servicios de intermediación no son, en
principio, responsables por los contenidos ajenos que transmiten, alojan
o a los que facilitan acceso. Tan sólo responden si toman participación
activa en estos casos o si, conociendo la ilegalidad de una determinada
actuación, no actúan con rapidez para retirarlo o impedir el acceso al
contenido.
Alejandro Touriño señala que al despacho llegan muchos casos de este
tipo, principalmente relacionados con directivos de grandes empresas. No
es raro que los altos ejecutivos de las compañías sean boicoteados en
las redes. Así le sucedió, por ejemplo, a Tony Hayward, ex consejero
delegado de la petrolera BP que, en 2010, durante la crisis por el grave
desastre medioambiental del vertido que se produjo en el Golfo de
México, fue víctima de un suplantador que puso en su boca, mediante un
tuit, la siguiente frase: “Las playas de arena negra están muy de moda
en algunos lugares”.
Este tipo de bromas pueden salir muy caras a las empresas. Falsos tuits
puestos en boca de personas relevantes como políticos o empresarios
hacen tambalear los mercados de todo el mundo con graves consecuencias.
No en vano, el informe sobre riesgos globales 2013 elaborado por
expertos de Marsh & McLennan, la Universidad de Oxford y Wharton,
entre otras entidades, ya destacaba estos supuestos como peligros a
tener en cuenta en la economía global.
Cómo actuar
Una vez producido un caso de suplantación, si lo que se pretende es la
mera eliminación del perfil, la interposición de acciones legales es
poco efectiva, ya que puede tardarse años en obtener una sentencia
estimatoria y minutos en generar un nuevo perfil infractor. Éste fue el
caso, por ejemplo, de la escritora Lucía Etxebarría, que tardó más de
dos años en lograr eliminar un perfil que suplantaba su identidad en
Twitter.
Por ello, según Alejandro Touriño, lo más oportuno es acudir a las vías
de reporte de infracción que las propias redes sociales ponen a
disposición de los usuarios, ya que lo habitual es que actúen de forma
implacable ante este tipo de situaciones.
Pese a ser éste el camino más rápido y sencillo para la eliminación
inmediata de un perfil, los daños causados pueden ser objeto de
indemnización si se llega a juicio. Ya ha habido diversas sentencias al
respecto, como en el caso de dos jóvenes que fueron condenadas en 2011 a
pagar 12.400 euros de indemnización y 200 euros de multa cada una por
abrir un perfil falso en la red Tuenti a nombre de otra chica con el
único objetivo de ridiculizarla. Las adolescentes condenadas por la
Audiencia Provincial de Segovia llegaron a subir una foto real de su
víctima, indicando sus datos personales y su centro de estudios.
Este tipo de situaciones en las que los afectados son particulares
resultan recurrentes y no sólo entre adolescentes, donde se repite con
frecuencia.
Hace dos años, la Agencia Española de Protección de Datos impuso la
primera multa, por importe de 2.000 euros, a una mujer por haber creado
un perfil en la red social Badoo con datos personales de otra,
incluyendo su móvil.
Este hecho y el tipo de perfil –con reclamos de tipo sexual–, hizo que
recibiera múltiples llamadas de solicitud de contacto sexual, lo que le
obligó a presentar una denuncia ante la Guardia Civil para que el perfil
fuera dado de baja.
Los riesgos de fraude en Internet no frenan la presencia de las empresas
El uso de redes sociales ya no se limita a las relaciones
interpersonales; ahora es una plataforma fundamental para las empresas,
que pueden emplearlas como medio para generar opiniones afines a sus
objetivos. Eso sí, ante el riesgo de que se convierta en un arma de
doble filo, la estrategia a seguir debe ser clara.
Según Adolfo Corujo, socio y director senior de Llorente & Cuenca,
“las empresas y los directivos tienen que dar ejemplo a la hora de
identificarse en las redes sociales con perfiles claros y no ambiguos,
diferenciando los usos oficiales de los personales”. Riesgos propios de
estos entornos como la suplantación de identidad, lejos de hacer temer
la presencia en las redes, debería producir el efecto contrario.
“Cuando los profesionales desarrollan su propia identidad digital,
minimizan las opciones de que alguien se aproveche con mala intención de
su ausencia o de su silencio”, apunta Corujo.
Nuevas armas
1. La inmediatez de los entornos digitales hace que la actuación de la
Justicia, con sus propios tiempos, no impida atajar el problema antes de
que se produzca un daño mayor. Por ello, los expertos recomiendan
dirigirse, lo primero, a la red social en cuestión.
2. Como más vale prevenir que curar, plataformas como Twitter cuentan
con perfiles verificados, cuentas que, de forma fehaciente, se sabe que
pertenecen a quien indican. Esta opción sólo es posible para personas
conocidas.
3. La suplantación de identidad de personas con relevancia pública,
poniendo en su boca declaraciones falsas, ha generado crisis a nivel
global, llegando a hacer tambalear los mercados de todo el mundo.
4. Pese a que compañías y directivos han sufrido suplantaciones, el
ámbito empresarial apuesta, cada vez más, por su presencia en redes
sociales como parte de su estrategia de comunicación.
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?,Noticias Jurídicas | Abogados - Bufetes - Sentencias | Jurídico | Expansión.com
¿Cuánto cuesta suplantar a un famoso en Twitter o Facebook?,Noticias Jurídicas | Abogados - Bufetes - Sentencias | Jurídico | Expansión.com